Un empresario de las telecomunicaciones quiere llevar servicios de Internet de alta velocidad al mundo en desarrollo a través del lanzamiento de una constelación de satélites apuntando hacia América Latina, África, Medio Oriente y otras regiones que sufren con conexiones digitales inadecuadas.
Se espera que el proyecto, apodado "una tubería en el cielo", tenga un costo de $650 millones dolares. Ya recibió una inyección inicial de $60 millones dólares de varios inversionistas, entre ellos Google Inc., Liberty Global Inc., HSBC Holdings PLC y Allen & Co. Ejecutivos de esas empresas forman parte de la junta directiva de la nueva compañía, O3b Networks Ltd.
La nueva empresa, fundada y administrada por el empresario de telecomunicaciones Greg Wyler tiene proyectado anunciar hoy planes para lanzar hasta 16 satélites que tendrán capacidad para suministrar servicios a esas regiones para fines de 2010.
"Estamos apostando a que la demanda de comunicaciones en los mercados emergentes continuará creciendo", dice Wyler, de 38 años. "Esa no es una apuesta difícil, se trata de abrir las puertas de Internet a otras tres mil millones de personas".
La idea de ofrecer conexiones a Internet vía satelital no es nueva. Durante el auge del sector de telecomunicaciones de fines de los años 90's se lanzaron muchos de esos proyectos, pero fracasaron en parte debido a las enormes pérdidas generadas por planes de negocios equivocados. Algunos incluían pesos pesados de la industria, como Teledesic, firma que contaba con el apoyo de Bill Gates y Craig McCaw.
Gran parte del acceso a Internet existente en el mundo en desarrollo se hace a través de satélites tradicionales, una conexión generalmente más lenta que las de fibra óptica y mucho más cara para los usuarios.
La mayor parte del tráfico de voz e Internet del mundo fluye por cables submarinos y subterráneos. Las empresas de telecomunicación han sido renuentes a extender sus redes a áreas menos desarrolladas debido a los altos costos y a la expectativa de ingresos comparativamente más bajos, además de barreras políticas y, en algunos casos, conflictos armados.
"Lo que nos llamó la atención fue un mapa con un montón de líneas rojas que representaban las conexiones de fibra óptica que circulan en el globo", explica Mike Fries, presidente ejecutivo de Liberty Global, empresa de TV por cable y servicios de banda ancha que es parcialmente propiedad del magnate de medios John Malone. El mapa muestra enormes áreas, principalmente en África y otras regiones en desarrollo, con poca o ninguna presencia de fibra óptica.
"Era una ilustración contundente del papel que tendrá esa red", agregó. Liberty Global está ofreciendo al proyecto apoyo en el desarrollo de tecnología, además de la inversión inicial.
La red satelital de O3b será distinta de la mayoría porque sus satélites estarán más cerca de la Tierra, casi un quinto de la distancia de las redes tradicionales. Eso es un detalle importante porque requerirá menos energía para transmitir una cantidad comparable de datos respecto a los satélites más distantes, lo que significa que la red tendrá capacidad para transmitir más datos de forma más rápida. La mayoría de los satélites existentes está diseñada para transmitir video y voz, servicios en los que el tiempo de espera es menos importante que la navegación de Internet.
Aunque la mayoría de los 1,500 millones de usuarios de Internet reside en países industrializados, las regiones de más rápido crecimiento están en el mundo en desarrollo. El uso de Internet en África y Medio Oriente, por ejemplo, ha crecido más de 1,000% desde 2000, según http://www.internetworldstats.com
Se espera que el proyecto, apodado "una tubería en el cielo", tenga un costo de $650 millones dolares. Ya recibió una inyección inicial de $60 millones dólares de varios inversionistas, entre ellos Google Inc., Liberty Global Inc., HSBC Holdings PLC y Allen & Co. Ejecutivos de esas empresas forman parte de la junta directiva de la nueva compañía, O3b Networks Ltd.
La nueva empresa, fundada y administrada por el empresario de telecomunicaciones Greg Wyler tiene proyectado anunciar hoy planes para lanzar hasta 16 satélites que tendrán capacidad para suministrar servicios a esas regiones para fines de 2010.
"Estamos apostando a que la demanda de comunicaciones en los mercados emergentes continuará creciendo", dice Wyler, de 38 años. "Esa no es una apuesta difícil, se trata de abrir las puertas de Internet a otras tres mil millones de personas".
La idea de ofrecer conexiones a Internet vía satelital no es nueva. Durante el auge del sector de telecomunicaciones de fines de los años 90's se lanzaron muchos de esos proyectos, pero fracasaron en parte debido a las enormes pérdidas generadas por planes de negocios equivocados. Algunos incluían pesos pesados de la industria, como Teledesic, firma que contaba con el apoyo de Bill Gates y Craig McCaw.
Gran parte del acceso a Internet existente en el mundo en desarrollo se hace a través de satélites tradicionales, una conexión generalmente más lenta que las de fibra óptica y mucho más cara para los usuarios.
La mayor parte del tráfico de voz e Internet del mundo fluye por cables submarinos y subterráneos. Las empresas de telecomunicación han sido renuentes a extender sus redes a áreas menos desarrolladas debido a los altos costos y a la expectativa de ingresos comparativamente más bajos, además de barreras políticas y, en algunos casos, conflictos armados.
"Lo que nos llamó la atención fue un mapa con un montón de líneas rojas que representaban las conexiones de fibra óptica que circulan en el globo", explica Mike Fries, presidente ejecutivo de Liberty Global, empresa de TV por cable y servicios de banda ancha que es parcialmente propiedad del magnate de medios John Malone. El mapa muestra enormes áreas, principalmente en África y otras regiones en desarrollo, con poca o ninguna presencia de fibra óptica.
"Era una ilustración contundente del papel que tendrá esa red", agregó. Liberty Global está ofreciendo al proyecto apoyo en el desarrollo de tecnología, además de la inversión inicial.
La red satelital de O3b será distinta de la mayoría porque sus satélites estarán más cerca de la Tierra, casi un quinto de la distancia de las redes tradicionales. Eso es un detalle importante porque requerirá menos energía para transmitir una cantidad comparable de datos respecto a los satélites más distantes, lo que significa que la red tendrá capacidad para transmitir más datos de forma más rápida. La mayoría de los satélites existentes está diseñada para transmitir video y voz, servicios en los que el tiempo de espera es menos importante que la navegación de Internet.
Aunque la mayoría de los 1,500 millones de usuarios de Internet reside en países industrializados, las regiones de más rápido crecimiento están en el mundo en desarrollo. El uso de Internet en África y Medio Oriente, por ejemplo, ha crecido más de 1,000% desde 2000, según http://www.internetworldstats.com
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