Manuel Santos Cervantes, de 50 años, había perdido bastante control de su vida en los últimos años. No podía siquiera dibujar círculos o escribir su nombre.
El residente de Sabinas Hidalgo padece Parkinson en etapa avanzada desde hace nueve años, aunque le fue diagnosticado hace seis. El mal que provoca temblor, rigidez, lentitud de movimientos, y problemas en la marcha, no tiene cura y provocaba estragos en su vida personal.
Hoy, un nuevo panorama se le ha abierto, ya que fue el primer paciente en el norte de México en someterse a un tratamiento neuroquirúrgico para mejorar su calidad de vida en las instituciones de salud pública, anunció Virgilio Lozano, director general de la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 25 del IMSS.
"Si bien es cierto que ha sido realizado en algunas ciudades del País y en Monterrey en el medio privado, la medicina social no había tenido oportunidad de ofertar esta modalidad neuroterapéutica cuyo objetivo es reducir en gran medida las manifestaciones físicas del Parkinson", dijo Lozano.
El Parkinson, que afecta a 50 mexicanos por cada 100 mil, es una enfermedad neurológica degenerativa y progresiva, y cuando los medicamentos ya no son efectivos, está esta opción, señaló el neurocirujano Fortino Salazar, quien realizó el procedimiento.
"Con ella, un electrodo se coloca en partes profundas del cerebro. Éste está conectado a una extensión y un generador de impulsos eléctricos que comúnmente la gente conoce como marcapasos, en este caso para el cerebro", explicó Salazar.
La primera etapa de la implantación de electrodos se realizó el 16 de octubre, con un previo mapeo cerebral. Esta fase sí se realiza por primera vez en México.
Una semana después, se conectaron los marcapasos de manera subcutánea en la zona torácica de Santos Cervantes.
Con esta tecnología, el paciente podrá disminuir a la mitad la dosis de sus medicamentos para la enfermedad y su respuesta será mejor, agregó Salazar.
El procedimiento, que se realiza desde hace poco más de una década, y que ya se hace en varias ciudades del País desde hace unos dos años, tiene un costo aproximado de un millón de pesos en el medio privado.
La institución evalúa más candidatos para la cirugía.
"Ya puedo sentirme casi como me sentía anteriormente de que me atacara la enfermedad y que poco a poco me inhabilitara los movimientos. He visto fuertes cambios, no completamente constantes, pero reales, movimientos que no podía hacer de plano, los puedo empezar a hacer ya", expresó Santos Cervantes.
El residente de Sabinas Hidalgo padece Parkinson en etapa avanzada desde hace nueve años, aunque le fue diagnosticado hace seis. El mal que provoca temblor, rigidez, lentitud de movimientos, y problemas en la marcha, no tiene cura y provocaba estragos en su vida personal.
Hoy, un nuevo panorama se le ha abierto, ya que fue el primer paciente en el norte de México en someterse a un tratamiento neuroquirúrgico para mejorar su calidad de vida en las instituciones de salud pública, anunció Virgilio Lozano, director general de la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 25 del IMSS.
"Si bien es cierto que ha sido realizado en algunas ciudades del País y en Monterrey en el medio privado, la medicina social no había tenido oportunidad de ofertar esta modalidad neuroterapéutica cuyo objetivo es reducir en gran medida las manifestaciones físicas del Parkinson", dijo Lozano.
El Parkinson, que afecta a 50 mexicanos por cada 100 mil, es una enfermedad neurológica degenerativa y progresiva, y cuando los medicamentos ya no son efectivos, está esta opción, señaló el neurocirujano Fortino Salazar, quien realizó el procedimiento.
"Con ella, un electrodo se coloca en partes profundas del cerebro. Éste está conectado a una extensión y un generador de impulsos eléctricos que comúnmente la gente conoce como marcapasos, en este caso para el cerebro", explicó Salazar.
La primera etapa de la implantación de electrodos se realizó el 16 de octubre, con un previo mapeo cerebral. Esta fase sí se realiza por primera vez en México.
Una semana después, se conectaron los marcapasos de manera subcutánea en la zona torácica de Santos Cervantes.
Con esta tecnología, el paciente podrá disminuir a la mitad la dosis de sus medicamentos para la enfermedad y su respuesta será mejor, agregó Salazar.
El procedimiento, que se realiza desde hace poco más de una década, y que ya se hace en varias ciudades del País desde hace unos dos años, tiene un costo aproximado de un millón de pesos en el medio privado.
La institución evalúa más candidatos para la cirugía.
"Ya puedo sentirme casi como me sentía anteriormente de que me atacara la enfermedad y que poco a poco me inhabilitara los movimientos. He visto fuertes cambios, no completamente constantes, pero reales, movimientos que no podía hacer de plano, los puedo empezar a hacer ya", expresó Santos Cervantes.
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