viernes, 14 de diciembre de 2007

Casarse por amor... al dinero: un fenómeno cada vez más común, gracias a la bonanza de los últimos años


En casi todas las telenovelas está el personaje que se casa por dinero. Es un fenómeno que también se da cada vez más en la vida real, a medida que la bonanza de la riqueza ha creado más y más millonarios… y con ello mayores oportunidades para los buscadores de tesoros matrimoniales de ambos sexos. ¿Lo sorprendente? Según un estudio nuevo, las “comisiones” para las uniones mercenarias están en alza.

Belleza en declive

Entre los acaudalados desconocidos, casarse por dinero se ha vuelto un deporte popular. Hace unos meses hubo un gran revuelo en Estados Unidos cuando una veinteañera de Nueva York, que se describía a sí misma como “espectacularmente hermosa”, colocó un aviso en el sitio Web de clasificados Craigslist diciendo que buscaba un hombre que ganara al menos $500,000 dólares al año.

Ella trató de estar con hombres que ganaban $250,000 dólares, pero no bastaba para “llevarme a Central Park West” (uno de los barrios más acaudalados de Manhattan). El anuncio inspiró una serie de parodias y respuestas. Un banquero de inversión contestó que su dinero crecería con el tiempo pero que la belleza de la joven se marchitaría con el pasar de los años, por lo que la oferta no tenía sentido económico. Ella es, en sus palabras, “un activo en depreciación”.

Según un sondeo de la firma de investigación de riqueza Prince & Associates, el “precio” promedio que hoy en día exigen los hombres y las mujeres de Estados Unidos. para casarse por dinero es de $1.5 millones dólares. La firma encuestó a 1,134 personas en todo Estados Unidos con ingresos que van desde $30,000 dólares a $60,000 dólares al año (que es, a grandes rasgos, el rango promedio de los ingresos estadounidenses). La pregunta era: ¿Cuán dispuesto está a casarse con una persona de apariencia promedia que a usted le gusta si ésta tiene mucho dinero?

Ni tanto amor

Un contundente 66% de las mujeres y 50% de los hombres contestó que estarían “muy” o “extremadamente” dispuestos a casarse por dinero. Las respuestas variaron según la edad. Las mujeres en sus 30 eran las más dispuestas a casarse por dinero (74%) mientras que los hombres en sus 20 eran los menos dispuestos (41%).

“Me conmocionan un poco los números”, dice Pamela Smock, una socióloga de la Universidad de Michigan. “Como que va en contra de la noción de amor y la media naranja y las motivaciones principales que existen en nuestra cultura para el matrimonio”. Aun así, Smock ha descubierto en sus investigaciones que el dinero anima a las personas a decir que sí. “Es más probable que una pareja se case cuando tienen dinero y cuando el hombre es económicamente estable”, dice.

No son sólo las mujeres las que tienen el impulso de buscar hombres con dinero para casarse. Según el estudio de Prince & Associates, 61% de los hombres en sus 40 decían que se casarían por dinero. Smock dice que a medida que los hombres envejecen, aceptan más la idea que las mujeres sean las proveedoras económicas.

El precio matrimonial varía por edad y sexo. Al preguntarles a las mujeres en sus 20 que cuán grande debería ser el patrimonio del hombre para que estén dispuestas a casarse el promedio fue de $2.5 millones de dólares. Esta cifra baja a $1.1 millones de dólares para las mujeres en sus 30 y vuelve a subir a $2.2 millones de dólares para las que están en su cuarta década.

Los hombres tienen exigencias más baratas. Su precio promedio fue de $1.2 millones de dólares, con hombres en sus 20 pidiendo $1 millón de dólares y los hombres en los 40 $1.4 millones de dólares.

Douglas Freeman, un abogado de bienes patrimoniales y de herencias de California que trabaja con familias acaudaladas, dice que las cifras para los hombres son más bajas porque se sentirían amenazados por mujeres que valen varios millones de dólares. “Los hombres no dirán que quieren $10 millones de dólares, porque no se sentirían cómodos con una mujer que vale tanto más que ellos”, dice.

¿Y si el matrimonio no funciona? Bueno, siempre está la posibilidad del divorcio.

Entre las mujeres en sus 20 que decían que se casarían por dinero, 71% afirmó que esperaban divorciarse más adelante, la tasa más alta en toda la encuesta. Sólo 27% de los hombres en los 40 años anticipaba un divorcio con una mujer con la cual se casarían por dinero.

Entiendo que el dinero es importante, pero no determinante, para mantener unida a la pareja. En la experiencia se ha demostrado que las parejas que se casan por dinero terminan divorciándose por dinero.

Pero en las parejas que construyen su base sobre el amor (y demás componentes como el respeto, la confianza, la comunicación por mencionar algunos) y que le terminan dando más peso y ponderación al amor terminan unidas o más unidas que nunca para enfrentar cualquier situación adversa y salir victoriosos al final de la batalla.

Así que un 60% de amor y un 40% de dinero, podría ser la formula y el balance perfecto, que se requiere, para que perdure mejor una relación o matrimonio, que además funcione y que ambos sean felices.
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