"La informalidad en atender una cita es un claro acto de deshonestidad. Igual puedes robar el dinero de una persona si robas su tiempo" - Horace Mann (1796-1859), educador estadounidense
La puntualidad se define como el "cuidado, diligencia y exactitud en hacer las cosas a su debido tiempo". Es una virtud que se relaciona con otras como respeto, responsabilidad, orden y laboriosidad.
La puntualidad tiene que ver mucho con una actitud de esfuerzo y sacrificio en función de los demás.
La puntualidad se enseña desde el hogar. Cuando a un niño se le enseñan valores, con el tiempo serán parte de sus hábitos diarios. El vivir la puntualidad desde pequeños permitirá que de adultos esto sea parte de nosotros mismos, y si no es así, con un esfuerzo constante se podrá adquirir.
Los padres, en primer lugar, dan ejemplo de cómo vivir la puntualidad: al levantarse y estar listos a tiempo, al llevar una agenda, tener las comidas listas, llevar a los niños temprano a la escuela, llegar a tiempo al trabajo, no retrasarse en llegar a la casa o recoger a los niños, llegar a las citas...
De esta forma, la educación para los hijos será de forma más natural y directa porque el ejemplo es lo que arrastra.
Los hijos, a su vez, tienen maneras desde pequeños de ser puntuales en sus acciones, levantándose "a la primera" a tiempo, con un despertador o con ayuda de un adulto, tener su ropa lista y útiles desde una noche antes, estar listo para desayunar, llegar temprano a la escuela, llegar a tiempo a sus demás citas, partidos y reuniones con amigos.
Todo trabajo supone un esfuerzo, y ahora más que nunca hay que saber valorarlo y reconocerlo en los hijos.
Los horarios ayudan en gran medida a la puntualidad. Por ejemplo: asignar una hora para levantarse y para las comidas, para la tarea y otras actividades, para jugar, bañarse y dormir.
Si se establece un horario en familia, chicos y grandes sabrán cómo acomodar su día según las funciones del hogar con el fin de que todos participen y se hagan responsables de sus propias cosas y de los demás.
El antivalor
La puntualidad tiene varios antivalores:
· La pereza.
· La falta de horarios.
· No llevar una agenda confiable.
· Engañarnos con actividades que nos hacen perder el tiempo y el de los demás.
· El activismo sin reconocer entre lo urgente y lo importante.
· Creer que siendo impuntual se afecta sólo a uno mismo, cuando los más afectados son las demás personas.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comments:
Con infinitum estube conectado todo este tiempo de crisis y me creei morir o me creei ser leyenda jijijijijijijijiji pero con esta herramienta de vida estubo super bien
Publicar un comentario