-Los quehaceres domésticos fomentan la independencia de los hijos
-Además del aprendizaje, las labores caseras fortalecen en los menores la creatividad, autoestima y responsabilidad.
¿Qué pueden aprender los niños en verano? En un campamento, desde pintar hasta jugar futbol. Sin embargo, los chicos también pueden "tomar" un curso en casa y aprender desde bolear sus zapatos y hacerse de almorzar hasta planear la lista del súper.
Desde que tenía 12 años, Jesús Aurelio -ahora de 23- prepara la comida para sus cuatro hermanos menores, quienes luego lavan los platos, limpian la mesa, surten la despensa o limpian la estufa.
A cambio de sentimientos de independencia, orgullo o alta autoestima, y habilidades como la creatividad, liderazgo o responsabilidad, los miembros de la familia Moreno Vidales multiplican sus quehaceres por toda la casa.
"A veces, mis hijos me preguntan 'qué te hago?'. Yo les respondo 'a mí no me vas a hacer nada. Vamos a hacer. La casa es de todos. Todos la ensuciamos, todos la limpiamos, todos disfrutamos'", explica la mamá, Leticia Josefina Vidales de Moreno.
"Todo es para todos, pero tienes que enseñarlos desde pequeños y nunca es tarde".
Padres de familia y expertos coinciden en que, además de las habilidades que promueven los talleres veraniegos de cocina, diseño o costura, por ejemplo, las tareas domésticas también ofrecen claves para desarrollar valores y actitudes vitales para la vida diaria.
VALORES MÚLTIPLES
Las tareas domésticas, apunta la psicóloga infantil Cristina Sánchez, dejan en los niños conocimientos y recursos que los van preparando para su madurez e independencia.
"Antes de que lleguen a salir de la casa, ellos ya están preparados. Porque luego se escucha de matrimonios jóvenes que dependen de sus padres en cuestiones de administración y otras decisiones que pueden lastimar su relación", explica Sánchez.
Por ejemplo, hacer que los hijos participen en el quehacer doméstico aumenta su autoestima, pues los hace sentirse tomados en cuenta.
Asignar tareas también genera un sentido de responsabilidad basado en instancias psíquicas que crean un patrón de jerarquía, señala la psicoterapeuta infantil Paola Rodríguez, pues los niños comienzan a reconocer reglas, satisfacciones y sanciones.
"Las reglas se tienen que hacer de manera firme. Eso va a crearle al niño seguridad emocional, porque sabe que en casa hay límites que le brindan constancia, seguridad y un sentido de responsabilidad", indica Rodríguez.
"El hecho de dejar quehaceres le va creando al niño un sentido de pertenencia a la familia e identidad".
La creatividad es otra de las habilidades que se desarrollan al momento de realizar tareas domésticas, pues los pequeños deben aprender a administrar los recursos, como el dinero que se les deja para surtir la despensa o el tiempo para cumplir con las tareas.
TRAS EL EJEMPLO, LA INVITACIÓN
"Nadie puede dar lo que no tiene", recuerda la psicóloga infantil Sánchez.
"Lo primero que los papás deben revisar es su propia disposición a las tareas domésticas, porque luego los niños van a preguntar cómo se lava un carro o se bolean los zapatos".
Cualquier circunstancia es buena oportunidad para iniciarse en el hábito de las tareas domésticas, agrega, como lavar el coche y luego ir al cine o ayudar en la cocina para realizar una comida familiar.
"El error de nosotros como padres es decirles que 'no' porque no lo hacen bien o está muy chico. Eso lo hacemos por las prisas, por la falta de paciencia o porque queremos que el trabajo quede bien", expresa García Palacios.
"Hay que ayudarlos, estar al lado, dejar que hagan la tarea, que se equivoquen y que lo sigan haciendo hasta que les salga bien".
La psicoterapeuta Rodríguez agrega que las reglas deben ser firmes y, a la vez, que dejen espacio a la creatividad del niño, una recompensa y satisfacción.
"Los papás deben de tener un rango de tolerancia porque las cosas no van a estar perfectamente limpias. El niño, obviamente, no va a hacer las cosas exhaustivamente", señala la psicoterapeuta.
Desde tender la cama, dejar lo ropa sucia en un cesto, lavar los platos, bolear los zapatos, acomodar los libros, hasta barrer y trapear las habitaciones o apoyar en la cocina, los quehaceres domésticos deben acompañar a los niños más allá del verano para rendir verdaderos hábitos y habilidades.
"Las vacaciones se pueden aprovechar como el tiempo libre, o sea, que uno como papá cambia el tiempo que les dedica para ayudarles en las tareas de la escuela por las tareas de la casa", indica Vidales de Moreno.
Cuando los hijos, tras el acompañamiento y enseñanza de los padres, dediquen una tarde a lavar la ropa o a preparar la comida por iniciativa propia, el paso a la madurez estará dado.
Cuestión de hábitos
Los expertos sugieren fomentar actividades domésticas de acuerdo a la edad, pero sin olvidar que no suplen la labor de los papás.
Cada tarea asignada debe considerar un tiempo u horario, de acuerdo a la edad de cada niño, y la supervisión y acompañamiento de los padres.
· 2 a 6 años
Colocar los juguetes en un cesto común y los útiles del kínder en un escritorio.
· 7 a 9 años
Limpiar el calzado, tender la cama, lavar los platos, barrer y trapear.
· 10 a 12 años
Aprender a lavar el coche, limpiar las ventanas, limpiar los ventiladores.
· 12 a 14 años
Hacer la comida, surtir la despensa, pintar habitaciones, limpiar la estufa.
· 14 años en adelante
Lavar la ropa, planchar, administrar las tareas de los hermanos menores.
jueves, 7 de agosto de 2008
Son tareas en casa talleres de alto valor
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